"Tanto ha poblado la literatura el mundo de la realidad, que aun quienes no han leído hablan con sus fantasmas.
La obra literaria es un mundo independiente del mundo real, construido en la imaginación y funciona con leyes y principios que le son propios. A pesar de ser este mundo un constructo imaginario, para hacerlo aprensivo, para que la obra y lector se conecten en una misma sintonía, intervienen elementos básicos inherentes a la experiencia del lector y del creador. Éste es el mundo real, entre estos dos tipos de mundo lo que se produce es un intercambio, un préstamo, los mundos de un lado y los del otro no son iguales. Para que los mundos literarios cobren existencia, es necesario un lector que concrete estos mundos a través de la lectura, a través de la imaginación del lector. Entre lector u obra se genera un diálogo, un pacto.
